QUIERES RENOVARTE?? DESCANSA....EN ÉL!!


“Venid a mí”, dice Jesús “Venid a mí”. Es una invitación que se dirige a nosotros... Si dice “Venid conmigo” parece que te invite a seguirle, a acompañarle. Pero, hoy, te dice “Venid a mí”, parece que te invite a abrazarlo, a entrar en comunión con Él, a unirte a Él...

¡Qué llamada más bonita! Que vuelva a mostrar el tú a tú personal que Jesús quiere establecer con nosotros...

Jesús no es un líder lejano, preocupado en la organización y en la institución, sino, pendiente de las personas, de cada una, y desde las personas construye la organización... Qué gran enseñanza...

Reafirma esta idea lo que dice después... “Venid a mi... yo os haré descansar”. No te está llamando a cambiar el mundo, ni a hacer el bien, ni a amar, ni perdonar. Hoy te está llamando a reposar en Él, a descansar en Él, a coger fuerzas en Él, a entrar en comunión con su persona...

¡Qué llamada más curiosa! ¿¿La vivimos...?? ¿¿Hemos ido a Él?? ¿¿Hemos reposado en Él...?? La oración como un espacio de reposo... ¿¿Vivimos la oración como un espacio de reposo??
Ya lo he explicado alguna vez. Lo vuelvo a hacer. Recuerdo que en una jornada de puertas abiertas del seminario, el seminarista que enseñaba la capilla decía... “Aquí venimos a descansar en el Señor”.  De este evangelio de hoy, debía sacar la idea...

Estamos cansados, agobiados, desesperanzados, y si vamos a Él (“Venid a mí”) entonces, descansamos, reposamos,... y podremos coger su yugo...

¿Y cuál es su yugo? La ley del amor. Amar siempre que puedas. Nunca devolver mal con mal. Que la única respuesta sea la caridad, que toda respuesta nazca de la caridad...

Esperar a responder es una arma muy buena, muy eficaz:

Recibo un e-mail desagradable, difiero la respuesta para poder responder desde la caridad...

Recibo en WhatsApp poco respetuoso, dilato la respuesta, hasta que encuentre caridad para hacerlo...

Me dicen una inconveniencia, no salto y la devuelvo multiplicada por dos, miro de callar, y, cuando pueda responder con caridad lo haré...
Sentía el otro día una frase bonita: “Si la venganza es un plato que se sirve frío,... yo ya no tengo hambre”.

Todo esto no es posible, si no descansamos con Él, si no reposamos con Él... porque de Él mana el amor. Del corazón de Jesús mana el amor que nos hace en todos estos casos responder desde la caridad... ¡¡Él es la fuente del amor!! Y de aquel que se acerca a Jesús manarán fuentes de agua viva, que quiere decir que podrá amar, responder desde el amor... Dice Jesús: “…el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un manantial capaz de dar la vida eterna”...

Primero, nos ha llamado a estar con Él, y después, nos ha hablado del yugo que hemos de llevar... Es preciso primero hacer una cosa para poder después hacer la otra... No podremos llevar este yugo suave y agradable, no podremos amar, si no estamos con Él...

El yugo es suave, una carga ligera... Amar, nunca es pesado. Amar, nunca es áspero. Amar es elixir de la buena vida. Puede no ser fácil... pero, es lo que nos hará vivir la vida en plenitud...

Que la comunión con Jesucristo, que este ir a Él, que es la eucaristía nos haga más capaces de amar siempre...  

Francesc Jordana





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